Cuando se utilizan en muebles, los revestimientos de madera tienen que cumplir dos requisitos principales: tienen que garantizar la durabilidad y la resistencia contra una variedad de disolventes y productos químicos para el hogar, pero al mismo tiempo, el producto tiene que lucir bien y estéticamente atractivo.
Dependiendo de la exclusividad de los muebles, los distintos “tipos” de madera son utilizados. Muebles de alta gama que están hechos de madera maciza natural o enchapado de madera, mientras que los productos más económicos están hechos de madera contrachapada. Generalmente la madera sólida está cubierta con una capa transparente o tintada que se aplica en diferentes formas determinadas dependiendo de la geometría de la pieza. Algunas piezas planas como tableros y puertas de armario están recubiertos por laminación al ser procesada por una cinta transportadora plana en serie. Piezas en formas más complejas, tales como sillas o muebles son colgados en cintas transportadoras y rociadas. La madera contrachapada puede ser cubierta con un revestimiento sólido opaco o laminado con una fina película de papel de diseños diferentes que van desde sólidos a imitaciones de vetas de madera.
Como las decisiones de diseño son a menudo realizadas en diferentes ubicaciones distintas a donde la fabricación tiene lugar y las piezas provienen de diferentes proveedores de todo el mundo y a su vez, estas se unen para obtener un producto terminado, un fiable control de color y brillo es crucial. Un instrumento de color que utilice una esfera (D/8), incluyendo la geometría especular es lo más adecuado para medir las variaciones de color en las superficies de madera. Dependiendo del nivel de brillo de la muestra, un ángulo 60° o 20° se recomienda para la medición de brillo adicional.